Nunca había tenido sueños, siempre había sido un pobre huérfano que había nacido para trabajar, pero un día todo cambió. ¿Por qué no coger prestados los sueños de los demás e intentar cumplirlos antes que ellos?
Esa fue la solución a mis problemas empecé a escuchar los sueños de otros para después intentar cumplirlos. Me hice bailarín, guerrero espadachín y comerciante en mis años de adolescencia, hasta que el sueño de una muchacha me cambió la vida.
Hacerme sacerdote de Dumi no fue buena idea o tal vez fue la mejor de toda mi vida. Dumi me eligió como su fiel siervo y sin ser Surema me permitió entrar en el mundo anímico, cuidar de sus criaturas e incluso pude conocer a los Redars, los espíritus más raros de toda Thaindor.
¿Quién me diría que lo que se convirtió en un simple juego de un niño solitario iba a hacerle tan importante? Robar sueños se convirtió en mi trabajo, Dumi se alimentaba de éstos para crear sus criaturas y yo tenía que pasearme todas las noches por el mundo anímico esperando encontrar Sunks, la materialización de los sueños de todo el mundo, para llevárselos a mi Dios. Los Sunks podría ser desde objetos cotidianos a criaturas monstruosas pero eso no importaba en poco tiempo me convertí en el mejor ladrón de sueños de la historia y ahora mismo en el único que existe.
Dumi es un Nenkar muy raro y difícil de tratar, por alguna razón le caí bien, y no solo me otorgó poderes inusuales si no que me convirtió en su único Ladrón de Sueños.
El Ladrón de Sueños I: Un sueño para vivir by Lidia Rodríguez Garrocho is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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